Yo soy una fanática de los programas de cocina. Siempre estoy en la búsqueda de recetas y, sobre todo, de programas interesantes; cosa paradójica porque rara vez cocino; pero la cocina es un área de la casa donde siempre me he sentido cómoda y con la libertad de experimentar.
En fin, no nos alejemos del tema; como fanática de estos programas me encantan The Hell´s Kitchen, Cake Boss, el Desafío de Buddy, Chopped, Cupake Wars y, principalmente, Master Chefs en todas sus versiones.
Y es, precisamente, viendo Master Chefs Colombia donde se ha repetido este concepto con cierta asiduidad: DE-SES-TRUC-TU-RAR. Los jurados de este programa utilizan este término, en ciertos retos culinarios, cuando toman un plato conocido y les piden a los competidores que los DE-SES-TRUC-TU-REN; o sea, que utilizando los ingredientes de ese plato creen otro totalmente distinto.
Al ver estos retos me fue inevitable pensar en cuan necesario es, algunas veces, que en nuestras empresas, emprendamos un proceso deDE-SES-TRUC-TU-RA-CIÓN; o sea, tomar los elementos y recursos con los que contamos y los reorganicemos para, al tiempo que optimizamos su potencial de desempeño; identifiquemos las raíces de los problemas que nos afectan y podamos alcanzar verdaderamente nuestras metas.
En muchas ocasiones, nuestra falta de seguimiento a la Cultura Organizacional de la institución, evita que nos demos cuenta del origen de muchos de los problemas que afectan el desarrollo normal de sus actividades y su cultura organizacional, en general; impidiendo que ésta marche de la manera más adecuada para el logro de sus objetivos. El no darnos cuenta del origen real de los problemas administrativos, hace que busquemos soluciones donde no las hay; generalmente, trayendo de fuera lo que creemos que nos hace falta.
Iniciar un proceso de DESESTRUCTURACIÓN nos permitirá, no sólo utilizar adecuadamente los recursos que tenemos; sino que también evitará que realicemos una inversión superflua y que sólo va a contribuir a SOBREESTRUCTURAR nuestro sistema organizacional, sin aportar verdaderas soluciones a los problemas que le afectan.
El Proceso de DESESTRUCTURACIÓN nos conduce, entre otras cosas, a identificar las cualidades de cada uno de los componentes de nuestra organización para, de esa forma, maximizar su utilización; identificar el origen real de los problemas y aportar soluciones estratégicas a los mismos; y así mejorar, de forma significativa, tanto la Cultura como la Conducta Organizacionales; todo lo cual, indudablemente, repercute de manera positiva en el logro de las metas organizacionales.